domingo, 28 de septiembre de 2008

RETRATOS DAROALIANOS XIII (Los clásicos II);
Esther (Parte segunda).
María Esther fue la primera camarera de nuestra Patrona a la que confeccionó varias de sus ropas, destacando un traje blanco para ser vestida de Inmaculada, primorosamente concebido y ejecutado como un traje de novia en miniatura bajo cuya cola bordó con hilos de color celeste el "Sine Labe Concepta".
Además le hizo un juego negro, camisón y enaguas a la Patrona de Amper: Madre de Dios Milagrosa en Sus Dolores. Para la Virgen de la Caridad en Su Mayor Dolor, la de Antonio Bejarano (con quien forjó una fuerte y singular amistad), bordó con hilos de oro un bonito terno de terciopelo negro a base de cordoncillo y lentejuelas. Y para la hermandad de Consolación confeccionó las ropas del San Juan y la Magdalena.
Cuando cortó su relación con José Luís (de ahí lo de Marquesa Viuda de Rubio) siguió con nosotros su andadura daroaliana convirtiéndose en una parte muy respetada y fundamental de la ciudad, dándose le aparte el título de Condesa de Dalias y la presidencia de la Real Hermandad del Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora del Desamparo (los Mulatos).
En 1998 la hermandad Patronal decidió hacer unas Misiones Patronales, visitando una por una todas las sedes de la creciente nómina de hermandades daroalianas, para así fomentar y afianzar su devoción en Daroal. Cada casa preparaba algo bien para recibirla o bien para despedirla. La despedida de la casa de Esther fue especial, como ella; junto a Francisco (que cogió una guitarra), Antonio y yo, los cuatro comenzamos a cantar canciones eucarísticas que recordábamos del colegio antes de que la Virgen partiera de su casa (que estaba toda sembrada de pequeños velones por el suelo) para ir a visitar a la siguiente hermandad. Puede sonar un poco a "Amo a Laura" pero así fue. Mágico.
En aquella nueva y concurrida Daroal, de nuevo los cuatro.
Ese mismo año de 1998 (en pleno esplendor) se acordó celebrar el primer Pregón de la Semana Santa de Daroal. Fue unánime la elección de Esther como pregonera, ya que todos sabíamos de su amor por la literatura, por la Semana Santa y por Daroal. Se le notificó el encargo en una sala de la calle Monte Carmelo donde actuaba Maribel, mientras tomábamos unos "combinados" y la Ivana seducía con sus encantos a uno de los camareros en la barra de abajo. Era Daroal en su estado puro, y su respuesta (entre lágrimas de emoción) no pudo ser mas afirmativa.
Era nuestro primer pregón, un acto que luego se convertiría en el más querido del año para los daroalianos. Se celebró el día 28 de febrero (fecha fijada también para el resto de ediciones) en nuestro taller de la calle Bustos Tavera, frente al que en su momento tuvo Tobaja. Aquella mañana de nervios y novedad, todos vestidos de chaqueta y las mujeres de mantilla, esperábamos ansiosos lo que Esther había escrito sobre la Semana Santa daroaliana. Por fin, la Marquesa Viuda de Rubio y Condesa de Dalias cumplió su compromiso y dijo su pregón del que, tras su marcha, ha quedado como lema de Daroal un párrafo que hoy preside nuestras casas y que, según ella, corona una de las puertas de entrada a la ciudad que comienza diciendo:
"Aquí yacen los tarados
¿Locos? ¿Cuerdos?...Desquiciados
emigrantes de la ira..." (Continúa).
Mas tarde María Esther conoció al maestro Juan María Moreno con quien contrajo matrimonio en la Capilla de los Siete Dolores y tuvo dos hijos: Blanca y Nacho.
Fue una de las máximas denunciantes del estado de corrupción de la ciudad cuando todo se desmadró y no había uno, sino setenta frentes abiertos en el propio seno daroaliano. Será siempre recordado su discurso en el último Cabildo de Fin de Año (acto que convocaba a todas las hermandades a finales de diciembre) celebrado en casa de Antonio Bejarano, donde dejó muy clara su postura ante la que consideraba una adulterada, hipócrita y cruel Daroal, que nada tenía que ver con sus inicios.
A pesar de ello siempre mantuvo intacta su relación con la corona, el Ducado de la Frontera y parte de la nueva generación.
Desde el día 17 de agosto de 2006, María Esther marchó para siempre junto a la Virgen de la Esperanza, dejando entre todos nosotros una huella irrepetible. Un hueco que jamás podrá ser reemplazado y el consuelo de haber compartido con ella años inolvidables de nuestras vidas.
Quiero hoy terminar su capítulo como ella lo hizo en su pregón, con un fragmento que dedicó a nuestra Patrona en el que quiso explicar por qué Paloma no llora y con el que demostró una vez más su fidelidad y amor a la esencia daroaliana:
"Yo habré de ser el Consuelo
de ésta ciudad de Daroal
pórtico digno del cielo
nunca me verás llorar
porque no exista el duelo
en tu calle a mi pasar.
Yo seré mujer valiente
tu bandera, tu misal
yo he de velar tu sueño
y he de callar tu pesar".
Y desde entonces hasta ahora
la Paloma nunca llora
aunque en las noches de invierno
en su altar se oye un quejar
Ella se limpia la cara
relaja el ceño fruncido
y se engarza en mil collares
Su llanto y el de Sus hijos.
He dicho.-
En la imagen una fotografía del pregón de Esther realizada el día 28 de febrero de 1998 en el patio de nuestro taller de la calle Bustos Tavera en la que figuran de izquierda a derecha: el Conde de Losbell, el Coronel Jefe de la Región Militar Sur, la Condesa de Montequinto, el Marqués de Kansas City, el Duque de Concepción, la Duquesa de Triana, el Duque de Almonte, el Monarca, el Marqués del Guadaíra, la pregonera Marquesa Viuda de Rubio, el Barón de la Palma, el Duque de la Frontera, la Condesa de Losbell y el Duque de Sanlúcar.

2 comentarios:

daroal-df dijo...

Mariki LS dijo...
La foto es como para un cartel de una película de Almodovar.......

daroal-df dijo...

Carlos dijo...
¿Para cuándo un libro sobre estas historias de Daroal? Sería un impacto.