domingo, 20 de abril de 2008







CRÓNICA DE LA SEMANA SANTA DE DAROAL 2008;
Capítulo VI (Jueves Santo)
El Jueves Santo amaneció un día espléndido en Daroal, dispuesto para vivir aquellos momentos tan especiales y esperados de la semana. Desfilaron con gran esplendor sus dieciséis cofradías, entre las que se encuentran muchas de las de mas renombre: la de Vera-Cruz, el Varón de Dolores, la Yedra, la Expiración, la Encrucijada, etc.
La hermandad de Nuestro Padre Jesús ante el Tribunal de Caifás y Nuestra Señora del Refugio salió desde la célebre iglesia de San Mateo, en uno de cuyos costados se encuentra la famosa Cuesta de Debla por donde mas tarde, en la madrugada del viernes, se viviría uno de los momentos cumbres de la Semana Santa, cuando por ella subiera la hermandad de los Gitanos. El Señor (obra de autor anónimo del siglo XVIII) salió con dificultad debido a las grandes dimensiones del paso de misterio, compuesto por cuatro sayones y Caifás (obras de José Palao Marco de 1852). La Virgen del Refugio (de autor anónimo del siglo XVII) desfiló en su encantador paso de palio con un bonito exorno floral que trepaba hacia arriba por los varales, perfumando todas las calles de San Mateo así como las de su pintoresco regreso por la Puerta del Carbón.
La cofradía del Cristo de San Agustín (de Jacobo Florentino h. 1520) llena de historia y leyenda, atravesó con su devotísimo crucificado el viejo arrabal de la Cestería, seguido por la Virgen de Pompeya (obra de Alonso Álvarez Albarrán 1629) que desfiló con gran majestad sobre su paso de marcado estilo daroaliano.
El barrio de la Trinidad envió como casi todos los días su hermandad emisaria, hoy fue la de la Sagrada Cena y Nuestra Señora del Pasmo con San Juan (Cristo y misterio de Francisco Salzillo 1763 y Virgen con San Juan de autores anónimos del siglo XVIII). En el primer paso todos los detalles fueron -como siempre- cuidados al máximo; la mesa era una verdadera obra de arte culinaria y decorativa, compuesta de alimentos naturales formando fastuosas figuras y cascadas y magníficas vajilla y cubertería de plata y cristales, de factoría daroaliana del siglo XVIII. Cuando la cofradía atravesó el Aljama por la pontecilla de la Trinidad para entrar de regreso a su barrio, la Trinidad estaba ya completamente abarrotada, (los Humeros de la Sardina, la calle Ojo Bizco, el arquillo de la Degollación) pues faltaba poco para que saliera su hermandad bandera, la del Rescate... Todo se preparaba para la gran apoteosis.
Tras la Cena y desde el barrio gitano de Santiago nos llegaba la Archicofradía del Huerto y Nuestra Señora de la Paz (Cristo y misterio de Francisco Salzillo 1752 y Virgen de Miguel Márquez García 1815). Por supuesto, todas las casas de los que pertenecían a la otra hermandad del barrio (la de los Azotes y Nuestra Señora de Consolación) estaban cerradas a cal y canto. Algunas calles aparecían casi desiertas, pues la mayoría de sus habitantes eran del "otro bando", sobre todo la calle Pañuelo y la Costanilla del Río, por donde la hermandad del Huerto pasó de camino a la carrera con mas lucimiento y bambolla que nunca, mortificando a quienes se ocultaban detrás de ventanas y balcones entreabiertos. Una conocida cabecilla de la hueste del Huerto protagonizó a las puertas de la freiduría de pescado que regenta en la calle Puente, uno de los momentos de máxima tensión, cuando ante el paso de la Virgen de la Paz pretendía meter en la freidora una estampa de la de Consolación. Afortunadamente las fuerzas del orden impidieron semejante atropello, además de ordenar una inspección de sanidad en el establecimiento, famoso en toda Daroal por su pringue.
Desde el Real Hospital de San Pablo, situado en una punta del barrio Esmeralda pegada al mar, salió la hermandad del Cristo de la Condena y Nuestra Señora de las Batallas. En el primer paso, que representa el momento en que Jesús es condenado a muerte, figuran el Señor (obra de autor anónimo del siglo XVII) junto a tres sayones, dos judíos un esclavo y Pilatos (obras de Benito Hita y Castillo de 1759). Fue muy emocionante ver el gran paso de misterio por el complicado entramado de callejuelas de ésta parte del barrio.Todas las calles son muy peculiares y sus nombres aún más: el callejón de la Coliflor, la calle Tanque, la del Terremoto... En casi todas hay corrales de vecinos, unos construidos expresamente para tal fin, y otros adaptados en antiguos palacios y conventos, lo que aumenta el colorido y el ambiente de la zona con sus grandes patios llenos de macetas, sus fachadas engalanadas y sus habitantes, tan famosos en toda la ciudad. También los nombres de los corrales son muy característicos: destacan entre otros el corral de los Muertos, el de la Mosca, el del Cristo o el corral Largo. La calle Esmeralda -arteria principal del barrio- en donde también hay corrales, además de varios cafés, cines, algún palacio y la iglesia de San Jorge (de donde ayer salió la hermandad de la Presentación al Pueblo), presentaba un ambiente formidable. Delante de los corrales de la Porra y del de los Mojones los vecinos colocaron como de costumbre sus sillas a modo de pequeña carrera oficial de la zona, en donde se pudo oír todo tipo de comentario, sobre todo al paso de las cuadrillas y las bandas de música. En el cine San Jorge lucía como siempre el cartel de la película "Lola Torbellino", en taquilla desde su estreno en los años 50. A pocos metros el café Sin Techo y el salón La Fiambrera, ambos muy famosos y concurridos. Y frente a la embocadura de la calle Terremoto, el célebre café Maravillas, por donde ayer -que fue otro de los días grandes del barrio- la hermandad del Prendimiento alcanzaría el éxtasis de regreso a su templo.
Ante semejante escenario desfiló la venerada imagen de la Virgen de las Batallas (de autor anónimo del siglo XVII), con su palio y manto cuajado de ricos bordados y de aire daroaliano. El manto, que es una pieza única del bordado en oro a realce, tiene en su centro los dos soles del escudo de la ciudad, y desfiló recién restaurado junto a su artífice (doña Sarita Justificado), quien ya se ocupó de informar a todo el mundo con grandes ademanes y voces.
Al final del día, cuando la hermandad regresó al barrio, ya en la madrugada del viernes, la Virgen de las Batallas realizó el acto de la Humillación con el paso del Cristo de la Sentencia por el Campo de la Aduana Vieja, en donde ambas hermandades se cruzan, una de vuelta a casa y la otra de camino hacia la carrera oficial, formando un momento de gran expectación y sentimiento popular.
Continuó la jornada con el siguiente desfile inagotable de clasicismo y poderío cofrade: Hermandad del Cristo de la Peña y Nuestra Señora de la Esperanza "La Bomba" -llamada así por salir de la iglesia del Hospital de Santa Bárbara- (Cristo de autor anónimo atribuido a Francisco Camacho Mendoza 1714 y Virgen de autor anónimo del siglo XVII), Archicofradía de la Expiración y Nuestra Señora de las Aguas (Cristo de Marcos Cabrera 1575 y Virgen arrodillada a sus pies de autor anónimo, atribuida a Cristóbal Ramos 1772), Archicofradía del Cristo de la Soga y Nuestra Señora de la Yedra (Cristo de autor anónimo del finales del siglo XVI o principios del XVII y Virgen de autor anónimo del siglo XVIII), Archicofradía de la Llaga del Señor y Nuestra Señora de África (Cristo del Azotamiento de Gregorio Fernández h.1619 y Virgen de autor anónimo del siglo XVIII atribuida a Francisco María Galeano), Esclavitud de la Santa Cruz (Misterio de la Piedad de Juan de Mesa y Velasco 1626), Real Hermandad de la Encrucijada (Cristo de la Humildad en sus Tres caídas de Alonso Martínez 1688 y Nuestra Señora de la O de autor anónimo del siglo XVII).
Cerró el día la Primitiva Archicofradía del Santo Cristo de la Humillación y Nuestra Señora del Desconsuelo con San Juan (Cristo de Luís Salvador Carmona 1760 y Virgen con San Juan de autor anónimo del siglo XVIII, atribuidos a Francisco Camacho Mendoza h.1713) que salieron desde su iglesia de San Marcos. La portentosa imagen del Señor representa la versión iconográfica castellana del momento en que recoge sus vestiduras después de ser azotado, mientras que la Virgen del Desconsuelo desfiló sobre su espléndido paso de principios del siglo XX, atravesando las calles del señorial barrio de San Marcos con gran majestad y sabor a pueblo, acompañada del discípulo amado camino de su templo.
Todas las hermandades del Jueves Santo habían pasado ya por la carrera oficial. En el corto intervalo de tiempo que separaba el final de éste día y el comienzo de la madrugada, Daroal fue un auténtico hervidero de gentes que iban y venían por todos lados. Nadie parecía querer perderse lo que estaba a punto de suceder... En las sillas de la explanada del Sol no cabía ni un alfiler. El balcón del Coliseo aparecía ya abarrotado de autoridades. Los múltiples cafés de la calle Templo al completo, igual que los palcos de la plaza -en cuya Tribuna Principal presidía esta noche la familia Real al completo- y las sillas de la calles Pasillo de la Cárcel y Espaderos. Todo estaba preparado... Comenzaba la madrugada del Viernes Santo en Daroal y la luna, por fin, estaba totalmente llena...
En las imágenes una fotografía de la Virgen del Refugio en su paso de palio tal y como salió el pasado Jueves Santo, el Cristo del Azotamiento de la Archicofradía de la Llaga del Señor, la Virgen de las Batallas de la Hermandad de la Condena.

sábado, 19 de abril de 2008

NUEVA ADVERTENCIA IMPORTANTE
El anónimo lector de éste blog que nos regala un bonito virus camuflado en los enlaces que hay que abrir para leer sus comentarios, insiste en llegar a todos los ordenadores cada vez con un nick diferente: ditaur, zololkis, dumuro. Es muy importante NO ABRIR dichos enlaces ya que al hacerlo se bloquea el equipo y como mínimo se ha de reiniciar, perdiendo todo lo que se esté haciendo en el momento ignorando si causa incluso daños mayores.
Cualquier comentario se lee directamente nada más pinchar sobre él. Todo aquel que se esconda tras un enlace NO ABRIR.

domingo, 13 de abril de 2008
















CRÓNICA DE LA SEMANA SANTA DE DAROAL 2008
Capítulo V (Miércoles Santo);

El Miércoles Santo en Daroal es uno de los días mas populares y tumultuosos (si no el más), en cuya nómina se concentra el mayor número de hermandades famosas por su grandísima devoción (como puedan ser la Muy Taurina o El Madero) o por sus escándalos, dos de ellas venidas desde el barrio Esmeralda, que celebró hoy su día grande (la de la Presentación al Pueblo y la del Prendimiento) lo que como siempre aumentó la tensión en los controles del Síndico, pues las cofradías de éste peculiar barrio son especialmente indisciplinadas y polémicas.
Comenzó la jornada con la bella lección de recogimiento y solemnidad de la cofradía del Cristo del Mayor Dolor y Nuestra Señora de los Peligros. El Señor que figura a gatas en el suelo, representa el momento en que recoge sus vestiduras tras ser azotado, siendo una obra maestra del escultor Andrés de Carvajal (siglo XVIII). Tanto la salida como la entrada en el céntrico Hospital de San Juan de Dios volvieron a reunir a miles de devotos, así como su regreso por la calle Ancha de San Luís, donde las dos cuadrillas se esmeraron con especial lucimiento.
Sobre las nueve y cuarto de la noche (con mas de media hora de retraso), y ante la expetación cada vez mas creciente del público de la calle Sol, hacía su entrada en la carrera por la calle de Génova la cruz de guía de la hermandad de la Presentación al Pueblo de Nuestro Señor y Nuestra Señora de las Maravillas con San Juan, la primera en protagonizar los ya famosos desórdenes del día. Los pasos entraron sin música, como suele ocurrir desde que por parte del Arzobispado recibe la negativa para la coronación canónica de su Virgen, éste año por vigésimo sexta vez. Por su puesto ninguno paró ante el palquillo de control del Síndico, lo que hizo que sus componentes montaran en cólera lanzándose amenazas contra ellos (como si éstos tuvieran algo que ver) en medio de un gran desconcierto, roto por grandes ovaciones y vítores a la Virgen de las Maravillas. Tras el desplante a las autoridades, la Real Banda de Cornetas y Tambores "El Mosquito" se encargó de poner sonido al gran momento, con un solo de corneta que duró desde que el Cristo pasó el palquillo, hasta que entró en la plaza Real, alarde que fue espectacualrmente premiado con una gran ovación que salió desde todos las sillas y balcones de la explanada, la calle Templo y los palcos de la plaza. Y cuando aún no había dado tiempo de que se relajara el ambiente, los ciriales de la Virgen de las Maravillas hicieron su entrada en medio de un bulla tan bestial, que las primeras filas de sillas fueron derribadas haciendo estallar una descomunal reyerta.
A partir de ahí todo fue la ecatombe... La multitud comenzó a correr, los nazarenos empezaron a repartir palos a diestro y siniestro, aumentándose con ello la confusión. Muchas personas cayeron al suelo, los gritos se sucedían por todos lados, las mantillas hecha añicos, zapatos y capas perdidas, señoras desmayadas y, lo peor de todo, algunas contusiones.
En noveno lugar llegó la Real Hermandad del Cristo de Confalón y Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, la de las folclóricas (a quien algunos aseguran haber visto vestida de flamenca para la feria). El clamor popular se volvió a hacer patente cuando la dolorosa, que iba literalmente enjoyada desde los pies hasta la cabeza, apareció en la explanada del Sol haciendo brotar desde los balcones (sobre todo desde el principal del Gran Teatro Coliseo de Daroal), las saetas de las folclóricas mas famosas, a cada cual mas momificada, exagerada y aplaudida.

Una hora mas tarde y escoltada por lo mas granado del arte de la tauromaquia, llegaba desde la capilla de la Plaza de Toros Vieja de Daroal, la Muy Taurina Hermandad del Señor Descendido y Nuestra Señora de la Piedad, que entró en el palquillo a los sones de la Marcha Real, costumbre que tiene desde muy antíguo y que lleva a gala en ser la única en que puede hacerlo junto con la hermandad Patronal (privilegio que según algunos, se sacó un buen día de la manga).
Cuando con la gracia y el señorío que la caracterizan, terminó de pasar la hermosísima imagen de la Piedad acompañada del toque maestro de la Banda Municipal de Daroal, todo el público de la carrera se preparaba para la traca final. Ahora ya no cabía un alfiler en toda la explanada, ni tampoco en los balcones, ventanas y azoteas. El hervidero humano era total y absoluto.
Desde el Convento de la Concepción de San Miguel nos llegó la Venerable Archicofradía del Cristo del Perdón y Nuestra Señora del Valle. La portentosa imagen del Señor (obra de Luís Salvador Carmona de 1756) levantó la admiración de todos acompañado de la distinción y la estampa antígua de la bella dolorosa del Valle, que desfiló en todo momento con solemnes marchas fúnebres.
De pronto el murmullo aumentó notablemente cuando por la calle del Puerco y la Piscina de Amper, comenzaban a aparecer los primeros nazarenos de la Muy Antígua, Muy Ilustrísima, Muy Excelentísima y Muy Real Archicofradía de Santa María Magdalena, haciendo su estación a la catedral en el paso del Cristo de los Afligidos y Nuestra Señora de los Desconsuelos, representando el momento del encuentro de Jesús con su Santísima Madre en la Calle de la Amargura.
Para todo aquel que no pudo presenciarlo, solo decir que no hay palabras para describir el instante en que el misterio hizo su entrada triunfal en la carrera... Toda la explanada se vino abajo, las ovaciones fueron ensordecedoras, las gargantas enronquecieron con vítores, las petaladas se sucedieron desde todos los balcones, toda Daroal entró en delirio ¡La Magdalena de Daroal estaba entrando en la calle Sol! ¡Con su larguísima cabellera que sobresalía por la parte trasera del paso, llegando hasta el mismo suelo! ¡La locura había estallado!
La explosión de fervor continuó por todo el recorrido de la cofradía, alcanzando otro de sus puntos máximos a su regreso por la calle Melón, donde desde la balconada del Café de Levante se volvieron a oir las saetas mas esperadas y celebradas de toda la Semana Santa.

Cuando por la calle Sol terminó de pasar la cofradía y el ambiente en la explanada era ya puro fuego, comenzó a bajar por la cuesta de la calle Sevilla el Escuadrón de la Caballería de la Banda de Cornetas y Tambores de la Brigada Paracaidísta de Daroal, que anunciaba la llegada de la hermandad santo y seña del popularísimo barrio Esmeralda, la del Prendimiento de Nuestro Señor y Nuestra Señora del Pópulo, cuyo paso de misterio entró a duras penas en la carrera rodeado por una imponente legión de mariquitas que, con los brazos alzados al aire, no pararon de piropear al Cristo e insultar a los judíos entre chillidos e histéricas ovaciones, montando un escándalo tan monumental que, una vez más hizo estallar la demencia ante la indignación de los enfurecidos miembros del Síndico -sobre todo de su presidente- que no daban crédito ante tal estruendo.
En toda la Semana Santa de Daroal se pueden vivir momentos de éxtasis mas o menos parecidos (algunos ya narrados), pero nada es comparable a la noche del Miércoles Santo cuando por la calle Sol pasa la hermandad mas famosa del barrio Esmeralda. Nada es comparable a ese rompeolas de Daroal, con los travestís y las que viven de sus íngles rindiendo culto a su manera y con sus lágrimas al Señor del Prendimiento. Nadie de los presentes podrá ya olvidar el recuerdo de esa rota madrugada, cuando las cadenas despechugadas de las camisas de seda de los novios de las travestís, lloraban viendo a un Cristo morenamente hombre...
(Homenaje a Antonio Burgos).
Por fin el broche de oro a la emocionante jornada lo puso la Real Archicofradía de Nuestro Padre Jesús del Madero (Regidor Perpétuo de la ciudad desde que la librara de una espantosa epidemia de peste en el año 1649) y Nuestra Señora de Regla.
Las crónicas que nos han llegado de este acontecimiento nos transmiten las desgarradoras escenas de enfermedad y moribundos, que a gritos, pedian confesión y recibir el Viático, no habiendo suficientes religiosos que atendieran convenientemente a los afectados, la mayoría por el miedo al contagio. La acendrada religiosidad del pueblo vió en esta epidemia un castigo divino, por lo que, dirigidos por el clero con su ministerio, el día 31 de diciembre se organizó una procesión de rogativa con espectacualr concurso de gentes, pidiendo al Altísimo el fin de la peste. La imagen del Jesús del Madero que ya gozaba de la especial devoción de los daroalianos presidió esta procesión, atribuyéndosele a El una mejoría de la enfermedad cuando salió.
Por esto el ayuntamiento, en nombre de una ciudad agradecida y feliz, acordó concluida la epidemia nombrar a Nuestro Padre Jesús del Madero Regidor Perpétuo de Daroal, ofreciéndose desde aquel año y hasta hoy, solemne voto de acción de gracias en la Función que cada 31 de diciembre celebra la cofradía.
Y desde entonces, cuando el Jesús del Madero sale a la calle cada Miércoles Santo, la ciudad entera parece revivir aquellos horribles momentos manifestándole su mas absoluto respeto y gratitud, con un silencio casi sepulcral que envolvió a toda la explanada de la calle Sol, desde el instante en que desde la cuesta de la calle Sevilla surgieron los primeros nazarenos de esta Real Archicofradía. Ahora ya nada tenía que ver con el alboroto anterior. El pueblo entero puesto en pie en medio de un seco escalofrío, contempló como el renqueante y humillado cuerpo del Nazareno, con su fastuosa túnica bordada de cola y encorvado bajo el peso del madero, caminaba hacia su propio fin...
Solo una saeta que salió desde un balcón como una copla herida, rompió el silencio pareciendo rasgar el velo del templo con una letra que decía:
"Cargado con el madero
y coronado de espinas,
hacia el Gólgota camina
el Inocente Cordero"
(Homenaje a Sor Aurora Payán)

Y así, con un estremecedor nudo en la garganta, y un silencio quebrado únicamente por el paso racheado de los costaleros, terminó un nuevamente apasionado y desbordante Miércoles Santo en la ciudad de Daroal, cuando ya solo faltaban menos de veinticuatro horas, para que los viejos empedrados de las calles enloquecieran de nuevo, cuando sobre ellos derramara su amor y su gracia la Emperadora daroaliana... La Patrona.
En las imágenes, un plano del comienzo de la carrera oficial de Daroal, El Señor del Prendimiento en su paso antes de la salida, la Virgen de las Maravillas con San Juan obra de Castillo Lastrucci, La Virgen de la Piedad de la Hermandad de la Muy Taurina del escultor Montes de Oca y la portentosa escultura del Cristo del Perdón, de Salvador Carmona.

miércoles, 9 de abril de 2008

ADVERTENCIA IMPORTANTE
En los últimos días alguien cuya identidad desconocemos esta dejando maliciosamente comentarios en algunas de las publicaciones, en los que para leerlos se ha de abrir una especie de enlace. NO ABRIR, se trata de una especie de virus que bloquea el ordenador.

domingo, 6 de abril de 2008


FERIA DE ABRIL DE DAROAL 2008;

Mañana lunes día 7 de abril dará comienzo con el acto del alumbrado la feria de abril daroaliana 2008. El real, situado en el Campo de San Pablo en el barrio Esmeralda, será iluminado por catorce bombillas y en él se han instalado éste año 7250 casetas. La portada reproduce un quiosco de chucherías que había en el barrio de la viña, hecho de madera pintado a franjas blanco y verde, conocido popularmente como "el puesto verde", que a su vez será alumbrado con una decorativa iluminación de cuatro bombillas de colores.
Junto a éstas líneas, el cartel anunciador de la feria 2008 publicado por el Excelentísimo Ayuntamiento de la ciudad de Daroal, que recoge una instantánea en donde unas señoritas participan de animada juerga flamenca en la feria del año pasado.






CRÓNICA DE LA SEMANA SANTA DE DAROAL 2008
Capítulo IV (Martes Santo);

El Martes Santo fue una jornada brillante en la que desfilaron grandes devociones de la ciudad, congregando a miles de devotos en las calles daroalianas.
Salieron dieciséis hermandades, número definitivo del día tras ser aplicado el Real Decreto del Cuaderno Verde.
Es un día con un insuperable catálogo de imágenes cuya factura se la debemos a grandes maestros de la escultura española e italiana.
De la gubia de Gregorio Fernández pudimos admirar el portentoso Cristo de la Luz, que salió desde su ermita acompañado por la Virgen de las Nieves (de autor anónimo del siglo XVIII atribuida a Manuel González), y los imponentes misterios de la Elevación de la Cruz y el de "Tengo Sed". El misterio de la Elevación de la Cruz provocó además la admiración de todos tanto por la maestría de su cuadrilla de costaleros, como por el toque inconfundible de la banda de los Mosqueteros del Rey, que la iba acompañando.

Con la hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo "El Príncipe" (obra de Fray Juan de la Concepción h. 1728) y Nuestra Señora de la Victoria (de autor anónimo del siglo XVII) llegó el primer gran aluvión de fieles que, venidos en ésta ocasión desde el señero barrio de la Trinidad, formaban una jigantesca alfombra de promesas tras el paso del Señor, inundando como siempre todas las calles y alrededores por las que iba discurriendo la cofradía. El regreso por la pontecilla de la Trinidad y su multitudinaria entrada, constituyeron un año más uno de los momentos de máxima devoción popular de la semana.

Lleno de clasicismo y buen gusto cofrade fue el desfilar de la Real Hermandad del Cristo de San Pedro (de autor anónimo del siglo XVI) y Nuestra Señora de Luna (del escultor Gabriel Astorga), reuniendo igualmente un gran número de devotos en torno al céntrico barrio de San Clemente.

El bello rostro del Nazareno de la hermandad de los Ajusticiados (de autor anónimo del siglo XVIII atribuido a Salvador Carmona) trajo la segunda gran oleada de devoción a la Catedral que, unida a que la banda que lo acompañaba era, como de costumbre, la famosa Banda de Doña Ana la Corneta, desembocó en el coktail molotov que produjo un parón de mas de media hora en el resto de las cofradías que le seguían. Ni la intervención del Síndico, ni la de la propia hermandad e incluso ni la de los miles de devotos que allí se congregaban, pudieron impedir la gran reyerta con la que suele acabar siempre la directora de tan peculiar banda, ésta vez a las mismas puertas de la salida del templo metropolitano.
Las Hermandades de la Degollación, la Hiniesta y la Amargura, se sumaron al incomparable catálogo imaginero daroaliano del Martes Santo con el desfile de sus magníficos titulares; la de la Degollación con el Cristo Atado a la Columna ( de Jacome Vaccaro s. XVIII) y la Virgen del Rosario (autor anónimo s. XVII), la Hiniesta con el Cristo de la Flagelación (de autor anónimo h. 1688 atribuido a Pedro Roldán) y la Virgen de la Hiniesta (también de autor anónimo del siglo XVII atribuida a Alonso Cano) y la de la Amargura con el Cristo de la Agonía en el Huerto de Getsemaní ( obra de Fernando Ortíz 1756) y la Virgen de la Amargura con San Juan (de autores anónimos, h. 1700 la dolorosa y 1765 el San Juan atribuido a Benito Hita y Castillo).

Terminó el día con la casta y el señorío de la hermandad del Cristo del Socorro (de Pedro de Mena) y Nuestra Señora del Buen Viaje (de autor anónimo s.XVII), la devoción antigua de la hermandad del Nazareno de San Bartolomé y Nuestra Señora de las Angustias (de Pedro Roldán el Cristo y de la Roldana la dolorosa), y la impecable estampa cofradiera del ayer, hoy, mañana y siempre de la Primitiva Cofradía de la Bofetada que el cruel Malco dio a Nuestro Señor en la casa de Anás (de autor anónimo del siglo XVIII atribuido al escultor napolitano Giacomo Colombo) y Nuestra Señora del Dulce Nombre con San Juan (ambos de Juan de Astorga), que para deleite de todos entró en la calle Sol a los sones del himno de las cofradías daroalianas, la marcha "María Santísima del Dulce Nombre" compuesta por el maestro Luís Lerate Santaella en el año 1955 para honra y gloria de todo el pueblo daroaliano. Composición que, junto a la de "Nuestro Padre Jesús ante Anás" (compuesta por el mismo autor en 1993), la hermandad manda interpretar una y otra vez, no como ocurre en "otras ciudades".

En las imágenes, una fotografía de la amorosa efigie de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la hermandad de los Ajusticiados, el muy devoto Cristo de la Luz , y la bellísima dolorosa de la Hiniesta.