domingo, 6 de abril de 2008







CRÓNICA DE LA SEMANA SANTA DE DAROAL 2008
Capítulo IV (Martes Santo);

El Martes Santo fue una jornada brillante en la que desfilaron grandes devociones de la ciudad, congregando a miles de devotos en las calles daroalianas.
Salieron dieciséis hermandades, número definitivo del día tras ser aplicado el Real Decreto del Cuaderno Verde.
Es un día con un insuperable catálogo de imágenes cuya factura se la debemos a grandes maestros de la escultura española e italiana.
De la gubia de Gregorio Fernández pudimos admirar el portentoso Cristo de la Luz, que salió desde su ermita acompañado por la Virgen de las Nieves (de autor anónimo del siglo XVIII atribuida a Manuel González), y los imponentes misterios de la Elevación de la Cruz y el de "Tengo Sed". El misterio de la Elevación de la Cruz provocó además la admiración de todos tanto por la maestría de su cuadrilla de costaleros, como por el toque inconfundible de la banda de los Mosqueteros del Rey, que la iba acompañando.

Con la hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo "El Príncipe" (obra de Fray Juan de la Concepción h. 1728) y Nuestra Señora de la Victoria (de autor anónimo del siglo XVII) llegó el primer gran aluvión de fieles que, venidos en ésta ocasión desde el señero barrio de la Trinidad, formaban una jigantesca alfombra de promesas tras el paso del Señor, inundando como siempre todas las calles y alrededores por las que iba discurriendo la cofradía. El regreso por la pontecilla de la Trinidad y su multitudinaria entrada, constituyeron un año más uno de los momentos de máxima devoción popular de la semana.

Lleno de clasicismo y buen gusto cofrade fue el desfilar de la Real Hermandad del Cristo de San Pedro (de autor anónimo del siglo XVI) y Nuestra Señora de Luna (del escultor Gabriel Astorga), reuniendo igualmente un gran número de devotos en torno al céntrico barrio de San Clemente.

El bello rostro del Nazareno de la hermandad de los Ajusticiados (de autor anónimo del siglo XVIII atribuido a Salvador Carmona) trajo la segunda gran oleada de devoción a la Catedral que, unida a que la banda que lo acompañaba era, como de costumbre, la famosa Banda de Doña Ana la Corneta, desembocó en el coktail molotov que produjo un parón de mas de media hora en el resto de las cofradías que le seguían. Ni la intervención del Síndico, ni la de la propia hermandad e incluso ni la de los miles de devotos que allí se congregaban, pudieron impedir la gran reyerta con la que suele acabar siempre la directora de tan peculiar banda, ésta vez a las mismas puertas de la salida del templo metropolitano.
Las Hermandades de la Degollación, la Hiniesta y la Amargura, se sumaron al incomparable catálogo imaginero daroaliano del Martes Santo con el desfile de sus magníficos titulares; la de la Degollación con el Cristo Atado a la Columna ( de Jacome Vaccaro s. XVIII) y la Virgen del Rosario (autor anónimo s. XVII), la Hiniesta con el Cristo de la Flagelación (de autor anónimo h. 1688 atribuido a Pedro Roldán) y la Virgen de la Hiniesta (también de autor anónimo del siglo XVII atribuida a Alonso Cano) y la de la Amargura con el Cristo de la Agonía en el Huerto de Getsemaní ( obra de Fernando Ortíz 1756) y la Virgen de la Amargura con San Juan (de autores anónimos, h. 1700 la dolorosa y 1765 el San Juan atribuido a Benito Hita y Castillo).

Terminó el día con la casta y el señorío de la hermandad del Cristo del Socorro (de Pedro de Mena) y Nuestra Señora del Buen Viaje (de autor anónimo s.XVII), la devoción antigua de la hermandad del Nazareno de San Bartolomé y Nuestra Señora de las Angustias (de Pedro Roldán el Cristo y de la Roldana la dolorosa), y la impecable estampa cofradiera del ayer, hoy, mañana y siempre de la Primitiva Cofradía de la Bofetada que el cruel Malco dio a Nuestro Señor en la casa de Anás (de autor anónimo del siglo XVIII atribuido al escultor napolitano Giacomo Colombo) y Nuestra Señora del Dulce Nombre con San Juan (ambos de Juan de Astorga), que para deleite de todos entró en la calle Sol a los sones del himno de las cofradías daroalianas, la marcha "María Santísima del Dulce Nombre" compuesta por el maestro Luís Lerate Santaella en el año 1955 para honra y gloria de todo el pueblo daroaliano. Composición que, junto a la de "Nuestro Padre Jesús ante Anás" (compuesta por el mismo autor en 1993), la hermandad manda interpretar una y otra vez, no como ocurre en "otras ciudades".

En las imágenes, una fotografía de la amorosa efigie de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la hermandad de los Ajusticiados, el muy devoto Cristo de la Luz , y la bellísima dolorosa de la Hiniesta.

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