lunes, 1 de septiembre de 2008

RETRATOS DAROALIANOS IX (El milagro);
Retomando la serie de "Retratos daroalianos" llegamos al capítulo dedicado a un personaje decisivo para la historia contemporánea de Daroal: el Duque de la Frontera.

Francisco de Asís Rovira Yagüe (Duque de la Frontera y Marqués de Yecla) fue nada más comenzar mis estudios de Bellas Artes, la primera persona que conoció la ciudad.
El orden alfabético en que estaban ordenados los caballetes en la asignatura de modelado, propició el que congeniáramos a la perfección casi desde el primer día. Al poco tiempo conoció también a la Reina de Majelo, a la Baronesa de Sholapur y a la Infanta Elizabethe y pasó a formar parte de los daroalianos de entonces.

Tras los años comunes de carrera decidimos irnos a Barcelona a estudiar juntos la especialidad de Imagen, siendo allí, en la plaza del Pi de la ciudad Condal donde, un día paseando por el barrio gótico, fuimos a parar a un mercadillo de antigüedades que ponían diariamente en la calle. Y ahí estaba Ella, envuelta en un manto de brocado azul y un traje de rayas y con una trenza rubia que le cruzaba por encima de la frente. Era la Patrona de Daroal.
Ocurrió la aparición milagrosa en el mes de febrero. Dos meses más tarde (en abril) el Duque gestionó la llegada a la ciudad de Nuestra Señora de la Paloma, para honra y gloria de todos los daroalianos. El solemne traslado a nuestro piso del Tibidabo fue en metro. Más adelante viajó en coche a Cádiz y por último a Sevilla, donde actualmente se encuentra.

Toda Daroal siempre estará eternamente agradecida por tan noble gesto.

Durante nuestra estancia en Barcelona fueron muchas las visitas de amigos del Duque con los que practicábamos nuestros estudios de fotografía, quedando un amplio reportaje del que daremos muestra más adelante titulado "Retratos Yecloides".
A nuestra vuelta a Sevilla decidimos ya trabajar juntos en restauración, fotografía, escultura, pintura, etc. continuando felizmente hasta el día de hoy.
Al poco de instalarnos se formó el primer grupo compacto de daroalianos junto a la Baronesa de Sholapur y la Marquesa de Punta Candor (a quien irá dedicado el próximo capítulo), celebrando nuestros primeros cultos a la Patrona y mil y una historias que quedarán ya para siempre en nuestro recuerdo.
Mas adelante, el Duque de la Frontera fue testigo también de la primera gran expansión de Daroal (con la llegada del Duque de Sanlúcar y la Marquesa Viuda de Rubio) y el esplendor máximo a finales de la década de los noventa, con la incorporación masiva del resto de daroalianos.
Siempre se ha caracterizado por su gran creatividad, optimísmo, nobleza y fidelidad al Trono, a la Patrona y a la ciudad de Daroal, atravesando por todas sus etapas y permaneciendo invariable en su lugar hasta la fecha.
También al Duque de la Frontera le debo la oportunidad de conocer a tantos buenos amigos de su pueblo, a su familia y como no, a la Niña más bonita de Yecla, la Virgen del Castillo.

En la imagen, una fotografía del Duque de la Frontera y Marqués de Yecla realizada en Barcelona en la década de los noventa.

2 comentarios:

Carlos dijo...

Estoy llorando a moco tendido. ¡Qué historia más bonita e impactante! Los pelos como escarpias. Por cierto: hay unos datos que me gustaría conocer (como periodista, siempre estoy interesado en los detalles que parecen nimios, pero que son fundamentales para hacerse una imagen completa de la historia)... Primero: ¿qué línea de metro sirvió para aquel primer Magno Traslado por el mundo subterráneo de Barcelona? Segundo: ¿de qué marca y modelo era el coche que llevó a la Patrona de Daroal hasta Cádiz? ¿Era de gasolina o de gasoil? Y tercero: ¿existen datos en los archivos de Daroal de cómo llegó Nuestra Señora de la Paloma a Daroal desde Cádiz? ¿Fue portada mediante misterio angélico, hallada en un tronco de olivo, o de alguna otra manera?

Un saludo.
Principe Charles de Barbadeña de la Concepción.

daroal-df dijo...

Querido Príncipe Charles, la línea utilizada para el primer solemne traslado de la Patrona fue la número 3, con parada en Vallcarca, que es donde teníamos el piso. El segundo y tercer traslados se realizaron en un Seat Ibiza color azul de gasolina, donde la Virgen fue con su cinturón de seguridad reglamentario. Y por último, la aparición milagrosa en la plaza del Pi no fue en un tronco de ningún árbol, sino en un puesto de antigüedades donde se hallaba camuflada junto a una lámpara y un cofre antíguos.