jueves, 19 de mayo de 2011

CRÓNICA DE LA SEMANA SANTA DE DAROAL 2011 (VI); Sábado Santo y Domingo de Resurrección (I). La última etapa de la Semana Santa daroaliana es la de los pasos alegóricos y los grandes desfiles bíblicos con representaciones del Antíguo y Nuevo Testamento, donde figuran personajes clave de la Pasión como el emperador Tiberio, el gobernador de Judea Poncio Pilato, el tetrarca de Galilea Herodes Antipas, o los sumos sacerdotes Anás y Caifás; entre los cortejos más vistosos se encuentran el de la corte de Herodías con el baile de Salomé tras el paso de la Degollación de San Juan y el de la danza de la Serpiente ante el de la Tentación de Cristo en el Desierto; los misterios de la Transfiguración del Señor con Moisés y Elías, Jesús con la Samaritana junto al Pozo de Jacob, el Sol Eclipsado y el del Cordero Inmolado (Jesús muerto sobre un caballo blanco, guiado por las Virtudes Teologales representadas por la Virgen, las Tres Marías, San Juan y los Santos Varones), son de las representaciones alegóricas más logradas de la jornada del Domingo. Entre las paradas de soldados romanos del Sábado Santo figuran la espectacular comitiva de las Legiones Romanas (con infantería de línea, infantería ligera, caballería y artillería) tras el paso de Los Durmientes y las imponentes Guardia de Tiberio, la Corte de Roma y el Imperio Romano que escoltan a parte de los más de diez pasos de Jesús en el Santo Sepulcro que procesionan este día en Daroal, casi todos seguidos por el paso de Nuestra Señora al pié de la Santa Cruz, caso de las Cofradías de la Soledad y Santo Entierro (San Antonio), Santo Entierro y Nuestra Señora de las Fiebres (San Eduardo), Traspaso y Santo Entierro (San Ildefonso), Soledad y Santo Sepulcro (Imperio Romano), Preciosa Sangre y Siete Dolores (Guardia de Tiberio), Soledad y Quinta Angustia y Santo Entierro (los Durmientes), Cristo Yacente y Soledad (Santa Catalina), Dulce Nombre y Nuestra Señora de Regina, Piedad y Santo Entierro (San Francisco), Sepulcro y Soledad del Puente, Cristo Amortajado y Desconsuelo y Soledad (Novia), Cristo de la Caja y Nuestra Señora del Consuelo (Corte de Roma), Cofradía de la Santa Cruz Desnuda y Nuestra Señora de la Estrella y Cofradía del Cristo de la Acedía y Nuestra Señora de la Palma o Confortación (San Juan Nepomuceno). En cuanto a la imaginería, las hermandades del Sábado Santo daroaliano constituyen un catálogo artístico dificilmente superable en todo el orbe cristiano; además de las citadas esculturas de Cristo Yacente (entre las que se encuentran obras de Pablo de Rojas, Gregorio Fernández, Juan de Mesa, Francisco de Villegas, Luisa Roldan, Fernando Ortíz, Francisco Fermín, José Tomás de Cirartegui, Francisco Salzillo, etc.), procesionan otras obras maestras como el Cristo de la Clemencia (Martínez Montañés 1603), Cristo de la Buena Muerte (Pedro de Mena h.1666), o el Santo Cristo de la Laguna (obra de autor anónimo del siglo XVI). Del tema de la Piedad (la Virgen sosteniendo el cadáver de Cristo), encontramos ejemplos como el de la Cofradía de la Santa Cruz Desnuda y Nuestra Señora de los Desamparados (Ramón Álvarez (1879), Cofradía de Nuestra Señora de la Alcobilla (autor anónimo, atribuida a José de Mora h.1665), Cofradía de las Angustias y Penas de Nuestra Señora Reina de los Ángeles (José Esteve Bonet 1795), Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Santo Cristo de la Misericordia (Torcuato Ruíz del Peral h.1750), o la Cofradía de la Piedad de San Bartolomé (Francisco Salzillo 1763). Igualmente encontramos una excelente y nutrida representación de la iconografía de la Virgen de la Soledad al pié de la Santa Cruz: Nuestra Señora de la Palma o de la Confortación (Francesco Verzella 1835), Nuestra Señora del Consuelo (Francisco Salzillo 1755), Nuestra Señora de los Dolores o del Traspaso (Luís Salvador Carmona 1759), Nuestra Señora de la Estrella (Gabriel Astorga 1851), Nuestra Señora del Desconsuelo y Soledad - la novia- (autor anónimo de finales del siglo XVI), Amarguras y Tristezas de Nuestra Señora de Belén (autor anónimo del siglo XVII), Mayor Dolor de Nuestra Señora de la Soledad (autor anónimo de finales del siglo XVII o comienzos del XVIII, atribuida a José de Mora), Soledad y Quinta Angustia (autor anónimo del siglo XVII, atribuida a Pedro de Mena), Siete Dolores de Nuestra Señora (Juan Prieto 1719), Soledad del Sepulcro (autor anónimo del siglo XVII, de escuela granadina), Soledad del Puente (autor anónimo del siglo XVIII, atribuida a Pedro Asensio de la Cerda), y la devotísima Soledad de San Antonio, obra de autor anónimo del siglo XVIII.

En la imagen una fotografía de Nuestra Señora de la Soledad y Quinta Angustia, de la popular Archicofradía de los Durmientes, que realizó con gran solemnidad su estación a la Santa Iglesia Catedral en el trigésimo lugar del incomparable Sábado Santo daroaliano.

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