miércoles, 22 de junio de 2011

Y SUCEDIÓ LO QUE TUVO QUE SUCEDER; Una vez más no hubo suerte para la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Daroal, como se sabe, experta en todo tipo de aventuras y odiseas. En la barcaza principal donde navegaba la carreta del Simpecado y que debía trasladarla a la costa de Ayamonte, embarcaron unos pocos peregrinos más de lo permitido (aproximadamente cuatro mil quinientos) sucediendo lo inevitable; a pocas millas de la Playa de San Pablo la barcaza fue como succionada por extrañas corrientes marinas hundiéndose en pocos minutos con la mala fortuna de ser descubierta por una cahalote hambrienta que, merodeando por las cálidas aguas daroalianas en busca de alimento, no dudó en jalarse semejante banquete de peregrinos, bueyes, carretas y Simpecado en un santiamén. Por suerte, a traves del móvil de una de las peregrinas engullidas se pudo enviar por bluetooth una fotografía de nuestro Simpecado a otro que ya se encontraba en la aldea almonteña y de este modo (por la foto del móvil), se pudo acudir al acto de la presentación el sábado ante la Hermandad Matriz quien, en vista de las circunstancias, la dió por válida. Varios balleneros intentan desde entonces (y hasta el momento sin éxito) capturar a la colosal cetácea, en cuyo estómago permance aún la infausta hermadad y a quien el pueblo ya ha bautizado como "sirenita de las marismas". En la imagen el retrato robot que la Gendarmería daroliana ha facilitado de la voraz ballena.

1 comentario:

Francisco Javier dijo...

Pienso que la Hermandad de Daroal debe abandonar la costumbre de peregrinar a Almonte y empezar a peregrinar al Rocío de Cataluña.