jueves, 30 de junio de 2011



FELIZ RETORNO DE LA HERMANDAD DEL ROCÍO DE DAROAL; Ayer día 29 de junio, festividad de San Pedro y San Pablo, se produjo por fin el desenlace de la complicada trama en que este año se ha visto envuelta la desventurada Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Daroal. Tras pasar veintitrés días en el vientre de la ballena que se zampó a Simpecado, carretas y peregrinos nada más partir rumbo hacia Ayamonte debido al naufragio de la barcaza en la que navegaban, la ciclópea hembra de cachalote decidió repentinamente arrojarlos a todos en la playa de San Pablo (en el día de su fiesta) sobre las seis de la tarde, regresando dichosos a su sede en la Real Parroquia de Santa Marina pasadas las tres de la madrugada. Al parecer una típica candela de las noches rocieras (al más puro estilo Pinocho) fue el motivo de que la cetácea, harta de tanta fogata y guitarra, los devolviera. Otros, que han visto en esta captura un castigo divino, creen que el arrepentimiento y la oración de los peregrinos ha sido, como le ocurrió a Jonás, la verdadera razón de que la ballena los liberase. En cualquier caso es hora de celebrar que la hermandad daroaliana ya se encuentra felizmente en casa, así como de reflexionar sobre el infortunio de las últimas peregrinaciones. En las imágenes una ilustración y el final de la libre adaptación que Disney realizó en 1940 del libro "Las aventuras de Pinocho", escrito por Carlo Collodi y publicado en Italia en un periódico desde 1882 hasta 1883 (bastante parecido al colofón de la epopeya daroaliana), y una pintura de Jonás tragado por el pez, por desobedecer a Dios en su encomienda de anunciar a la ciudad de Nínive su destrucción a causa de sus pecados.

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