FIESTAS MAYORES EN HONOR DE NUESTRA SEÑORA DE LA PALOMA;

Pinceladas históricas sobre la celebración de la Veintena.

La Solemne Veintena de Nuestra Señora de la Paloma quedó configurada estéticamente tal y como la conocemos hoy en el año 1886, fecha en que se decidió modificar la anterior a causa del insuficiente aforo de devotos con el que la Hermandad tenía que enfrentarse cada mes de julio y agosto dentro de la Basílica Patronal. Con tal motivo se ideó abrir un camarín giratorio en la fachada norte del Convento del Espíritu Santo que da a la plaza del Perdón (donde se situa la Basílica), con acceso desde el interior del propio monasterio, de manera que diera la cara a la plaza durante los días de la Veintena, quedando a la vista el reverso durante el resto del año.

Fue entonces cuando se comenzó a celebrar el Rosario de Aurora con la Santísima Virgen (antes con el Simpecado) hasta el Convento del Espíritu Santo. La Patrona sería portada por las monjas dentro del cenobio hasta el camarín y, una vez girado, coronaría el altar montado a sus piés sobre la mencionada fachada, tal y como ocurre actualmente. De este modo se aprovecha el espacio de la plaza para la masiva afluencia de fieles durante esos días, mucho mas capacitado que las naves de la Basílica Patronal.

La construcción del camarín la realizó Juan Rossy en el mismo año de 1886, a quien también corresponden las gradas de madera tallada y dorada de estilo neogótico (ejecutadas entre 1886 y 1887) que se siguen utilizando en la actualidad. Toda la candelería de luz eléctrica (para combatir el viento) es de José Salvago y Cía. (1891). En el reverso del camarín (que da la cara a la plaza durante el año) se sitúa un retablo cerámico que representa una alegoría del Espíritu Santo realizado por Manuel Arellano Campos en (1898), que señala el sitio donde es colocada la Virgen durante la Veintena.

Para esos veinte días toda la plaza queda entoldada de un extremo a otro con grandes lonas de diferentes tejidos, sustentadas por altos palos o mástiles engalanados con guirnaldas de flores. El día 15 de agosto, día en que la Hermandad celebra la Función Principal de Iglesia, una gran rampa (que llega desde el camarín hasta el suelo de la plaza) se sitúa en medio del altar, de forma que, tras la Minerva, baja la Virgen hasta los fieles para ser de nuevo portada a hombros hasta su Basílica, situada en el extremo opuesto de la misma plaza del Perdón.

Este es el origen de la actual Veintena de Nuestra Señora de la Paloma que, a su vez, originó también los actos del Rosario de Aurora (con combate mientras se coloca a la Virgen) y de la Bajada y traslado hasta la Basílica, inexistentes anteriormente. Del emotivo acto de la Minerva en cambio, ya se tienen noticias en el año 1673. Del propio acto de la Veintena, se han encontrado testimonios gráficos innegables de su celebración en las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira y la región de Twyfeltontein (Namibia).