jueves, 28 de febrero de 2008


"Aquí yacen los tarados
¿locos?, ¿cuerdos?... desquiciados
emigrantes de la ira
los que quisieron comer
todas las frutas prohibídas
los que jamás comprendieron
dónde llevaba la prisa
los que nunca adormecieron
ni su llanto ni su risa
los que brindaron su mano
sin pedir una franquicia
los que amaron sus amores
aún sin besos ni carícias"

Pregón de la Semana Santa de Daroal1998.


Hoy día 28 de febrero hace diez años que nuestra recordada María Esther Cobos Rochel, Marquesa Viuda de Rubio, Condesa de Dalias y presidenta de la Real Hermandad de los Mulatos, dijo su pregón de la Semana Santa de Daroal. La leyenda que encabeza ésta publicación es la que, según la pregonera, reza en un azulejo amasado de canela y agua de azahares enclavado en una de las puertas de entrada a la ciudad de Daroal. Y tras su marcha, también se ha convertido en la seña de todos y cada uno de los que junto a ella, tuvimos el privilegio de vivir el esplendor de Daroal.

Siempre en nuestro corazón permanecerá la huella de quien fué la primera pregonera de Daroal, primera camarera de nuestra Patrona y de quien, en aquella lluviosa tarde de agosto, nos dejó sin avisar...

Gracias Esther. Sin ti jamás Daroal hubiera sido la misma.
Un beso.




2 comentarios:

Lord Henry Wotten dijo...

Al leer la dedicatoria a Esther, no he podido evitar recordar la primera vez que oí hablar de Daroal. Tengo que reconocer que me quedé notablemente sorprendido. En ese momento se me abrieron las puertas de un mundo del que me hubiera gustado formar parte. Siendo participe de esos pregones a los que acudía Maribel, ataviada con el mismito traje de la portada del disco “A tu vera”. Es curioso, pero siento añoranza de un mundo que no conocí.

La vida es corta, aprendamos a vivirla con la intensidad que se merece!


“Que estupidos somos…
Cuantas invitaciones rechazadas…
…Cuantas palabras calladas.
…Cuantas miradas ignoradas.
Cuantas veces la vida pasa a nuestro lado …y no nos enteramos”


El hada ignorante (Le fate ignoranti); de Ferzan Ozpetek 2001

Zar Jesús I dijo...

La verdad es que me ha dado bastante sentimiento a mi también ver a Esther.
No la conocí mucho, pero la recuerdo sentada en el serranito de los Terceros, con toda la nobleza de Daroal, con un calor de Julio insoportable, mientras la naciente Corona Estrellana les deseaba lo mejor con un "Que Anubis os proteja".

Y recuerdo perfectamente la última vez que hablé con ella. Estaba viendo la entrada de la Virgen de las Mercedes de la Puerta Real, y se acercó a saludarme, a preguntarme por mis estudios, y recuerdo que comentamos sobre una saya negra bordada en azabaxe que le había gustado a ella muxísimo. La recuerdo con su hija, y como me hablaba de los cultos darolianos.
Después, no supe más de ella hasta que me comunicaron su triste final.

También yo, como lord henry, recuerdo mi primer encuentro con Daroal, aquél 15 de Agosto, yo tenía 17 años más o menos y Daroal se encontraba en su pleno apojeo.
Para mi, y para todos mis amigos aquel mundo de Vírgenes antiguas en miniatura (el sueño de nosotros que solo teníamos las grijanders), de estampitas con su sello, cultos, convocatorias, y como no, Maribel de Triana, ejercía sobre nosotros una sinigual atracción. Al calor (no a la sombra, ya que siempre nos sentimos muy acojidos por Daroal) de todo ésto nació Estrella de la Sierra, un mundo de locos adolescentes que se miraba en el espejo del esplendor daroliano.

No se, pero mirando atrás, y haciendo repaso, no puedo dejar de sentir un cierto deseo de volver a esos ratitos, a esos primeros sentimientos ante la vida que se abre ante tus atónitos ojos, a ese sentir tu primer amor, a esas tardes de verano en Santa Catalina, o a ese salir con 500 pesetitas porque no había para más.

Daroal fue para nosotros y sigue siendo la apertura a un mundo donde todo es posible, y donde, como me dijo su Monarca un día en el Serranito, cuando yo tenía 17 años "continúa saliendo la Virgen de la Hiniesta", palabras que su Majestad no sabe lo que influyeron en mi manera de ver la vida.


Serán cenizas, mas tendrán sentido
polvo serán, mas plovo enamorado