domingo, 28 de mayo de 2017


SANTA LIBRADA O WILGEFORTIS.
Santa Librada o Santa Wilgefortis es una virgen mártir de Portugal, resultado de la combinación de varias leyendas, unidas por la imaginación popular. Entre las historias que explican el icono se encuentra que era una de las nonellizas (nueve hermanas nacidas en un mismo parto) que vivió en el siglo VIII que, siendo niña, fue prometida en matrimonio por su padre (el rey de Gallaecia y Lusitania, que según unos era cristiano y según otros era pagano) al rey moro de Sicilia. Para evitar el casamiento indeseado, ella tomó voto de virginidad (según otra versión, ya había tomado el voto de castidad antes del compromiso nupcial) y oró a Dios para que la convirtiera en un ser repulsivo. En respuesta a sus oraciones, le creció vello en todo el cuerpo y barba, con lo cual el rey musulmán rompió el compromiso y la dejó. Lleno de ira, el padre de Wilgefortis la mandó crucificar.
Según otra versión, Librada y sus hermanas eran hijas de Lucio Castelio Severo, gobernador romano de Gallaecia y Lusitania y de su esposa Calsia.
Wilfegorits dejó de comer porque no quería casarse. En esa época era común que las niñas se volvieran anoréxicas para evitar casamientos arreglados económicamente por el padre. A medida que la enfermedad avanzó, sus uñas se empezaron a romper y en su rostro y su cuerpo comenzó a crecer vello, síntoma del desequilibrio hormonal causado por desnutrición. Por ello Wilgefortis es conocida como la "santa barbuda" y, aunque nuca fue canonizada, existen muchas imágenes de ella en España y Portugal. Se la venera porque atiende a la petición de deshacer casamientos indeseados.
Se la conoce con el nombre de Wilgefortis, proviene del latín (virgo fortis), o Liberada, como es conocida en España y Portugal.
Generalmente se la representa clavada a una cruz, como una niña de diez o doce años, frecuentemente con barba, y como si le tirara con el pie una bota de oro a un guitarrista o violinista que toca ante ella, otras veces sólo con un pie descalzo. Esta iconografía tiene su origen en la historia de un violinista exiliado, quien al tocar ante la crucifija, recibió de ella una de sus botas de oro. Condenado a muerte por el robo de la bota, se le concedió el deseo de tocar una segunda vez ante la santa. En presencia de todo el pueblo (que había concurrido a ver el espectáculo de la ejecución), ella le lanzó su otra bota de oro, estableciendo de modo definitivo la inocencia del músico.
La leyenda de Wilgeforits podría derivar del alemán hilge Vartez (‘santo rostro’), una traducción del italiano Santo Volto. El cuadro conocido como Volto Santo de Lucca es una imagen icónica del periodo bizantino temprano que muestra a un Jesucristo barbado (aunque bastante andrógino) coronado y crucificado, de cabello larguísimo, con los ojos muy abiertos y vestido con una túnica larga, en vez del tradicional sudario. La imagen era llevada en procesión por las calles de Lucca cada año, y esta ropa infrecuente, hizo que los cristianos extranjeros crearan la leyenda para explicar la imagen.
Este crucifijo, que en la Edad Media se creía que era una obra de Nicodemo (discípulo de Cristo), se preserva en la Basílica de Lucca y es muy venerado por el pueblo. En la Edad Media era común representar a Cristo en la cruz con una túnica larga y con corona real; pero desde el siglo XI esta práctica desapareció. Por eso, cuando los peregrinos y mercaderes empezaron a difundir copias del Volto Santo de Lucca en distintos puntos de Europa, la imagen ya no se reconocía como representación de Jesucristo crucificado, sino como una mujer que había sufrido martirio.
En la imagen, La Crucifixión de Santa Wilgefortis, pintura tríptico realizada por El Bosco hacia 1497, que se conserva en la Galeríe dell´Accademia de Venecia.

No hay comentarios: