jueves, 31 de mayo de 2012


CRÓNICA DE UN DESASTRE ANUNCIADO; Cuando las últimas hermandades filiales realizan hoy entre palmas y alegría su feliz retorno del camino del Rocío (caso de la Hermandad de Triana), nada se sabe de la nuevamente malograda Hermandad de Daroal. Tras las exageradas petaladas que recibió a su despedida de nuestra ciudad, carretas, pétalos, Simpecado, bueyes y peregrinos formaron un gigantesco y descontrolado alud que, alentado por el fuerte viento de levante que ha soplado estos días, alcanzó gran velocidad hasta el punto de que pudiera haber traspasado la barrera del sonido o, incluso, haber entrado en otra dimensión desconocida para nosotros pues, antes de su llegada a la aldea de El Rocío en el camino de Moguer (donde por cierto una peregrina almonteña fue absorvida por la fuerza succionadora del salvaje tornado) desapareció de repente sin dejar rastro alguno, sobre las cinco de la mañana del pasado lunes día 28 de mayo. Según prestigiosos astrofísicos y astrobiólogos consultados, la hermandad daroaliana podría encontrarse flotando en un punto indeterminado de la Via Láctea, o quizás caminando en otra fecha de nuestra era habiendo atravesado el túnel del tiempo ya que,  tras varios intentos de contacto telefónico por parte de la NASA con el alcalde de carretas, se consiguió una defectuosa locución radifónica de lo que parecía ser la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1936, llevados a cabo en Berlin el 1 de agosto de ese año en pleno periodo del nazismo. Naturalmente estas noticias han causado un gran desconcierto entre todas nuestras instituciones, que se ven del todo impotentes mientras el Alegre Simpecado daroaliano continúe su incierta travesía por la inmensidad del océano cósmico.
La Vía Láctea es la galaxia espiral en la que se encuentra el Sistema Solar y, por ende, la Tierra. Según las observaciones, posee una masa de 1012 masas solares y es una espiral barrada; con un diámetro medio de unos 100.000 años luz, estos son aproximadamente 1 trillón de Km, se calcula que contiene entre 200 mil millones y 400 mil millones de estrellas. La distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia es de alrededor de 27.700 años luz (8.500 pc, es decir, el 55 por ciento del radio total galáctico). La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante tras la Galaxia de Andrómeda (aunque puede ser la más masiva, al mostrar un estudio reciente que nuestra galaxia es un 50% más masiva de lo que se creía anteriormente).
El nombre Vía Láctea proviene de la mitología griega y en latín significa camino de leche. Esa es, en efecto, la apariencia de la banda de luz que rodea el firmamento, y así lo afirma la mitología griega, explicando que se trata de leche derramada del pecho de la diosa Hera. Sin embargo, ya en la Antigua Grecia un astrónomo sugirió que aquel haz blanco en el cielo era en realidad un conglomerado de muchísimas estrellas. Se trata de Demócrito (460 a. C. - 370 a. C.), quien sostuvo que dichas estrellas eran demasiado tenues individualmente para ser reconocidas a simple vista. Su idea, no obstante, no halló respaldo, y tan sólo hacia el año 1609 d. C., el astrónomo Galileo Galilei haría uso del telescopio para observar el cielo y constatar que Demócrito estaba en lo cierto, ya que adonde quiera que mirase, aquél se encontraba lleno de estrellas.
En la imagen una fotografía de la Via Láctea, en una de cuyas 400 mil millones de estrellas pueden encontrase perdidos nuestros peregrinos y Simpecado y, lo peor de todo, sin saber la existencia de posibilidad de retorno.

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