CASO HABANA; Continúa el Juicio.

Sábado 7 de julio de 2012. Doce y cuarto de la mañana. Sala Primera de la Real Audiencia de Daroal. Alguacil: El Fiscal llama a Iván Belloceli. Gran revuelo entre el público asistente; en primera fila se sientan juntos Giuseppe Belloceli (miembro del jurado del concurso en todas sus ediciones), la Mamma del clan María Belloceli, y la controvertida artista Samanta Watson. Filas atrás  se encuentran las artistas Nieves 13, Loli de Camas, Amparito Clavel, Perlita Rinconera y Topacio del Cerro, entre otras. Iván Belloceli entra pausado y seguro vestido con un elegante traje de chaqueta gris oscuro, camisa y corbata negra  y sombrero "borsalino" del mismo color (cualquiera diría que se tratara de un mafioso). Fiscal: Señor Belloceli, le recuerdo que comparece usted ante un tribunal y ha de quitarse el sombrero. Iván Belloceli sin mediar palabra se lo quita y lo deja a un lado. Fiscal: ¿Señor Belloceli, jura usted decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad? Iván Belloceli (sin mirar al fiscal): Lo juro. F: Señor Belloceli, ¿Cuál es la relación que une a su familia con el Café de la Habana? IB: Puramente comercial. (Ahora mira al juez) nuestra familia siempre se ha dedicado a los negocios señoría; la celebración de un concurso anual para descubrir a jóvenes promesas de la canción requería liquidez para sufragar todos los gastos, el empresario del Habana contactó con nosotros y nosotros aceptamos cubrirlos. Eso es todo. F: A cambio de una serie de condiciones, supongo. IB: Naturalmente ¿Qué clase de negocio sería si no? F: Eso mismo me pregunto yo señor juez ¿Qué clase de negocio ha sido el que los Belloceli han hecho en el Habana todo este tiempo? Juez: ¿Señor Belloceli? IB (sin inmutarse lo más mínimo): Es muy sencillo señoría, nuestra familia invirtió en la organización a cambio de una parte de las ganancias. F: Y de que Giuseppe Belloceli formara parte del jurado en todas las ediciones ¿No es así? IB: Es ese un detalle siginificativo? F: Podría  serlo... Sin duda ha resultado "curioso" el criterio de sus calificaciones en el concurso. Dígame señor Belloceli ¿Fue solo la obtención de un porcentaje de las ganancias generadas por el certámen, aparte de la presencia de un miembro de su clan en el jurado, el contrato firmado con el Habana? IB: En nuestra familia no se firman contratos. Un acuerdo verbal fue suficiente. F: Es decir, que no es posible demostrar las condiciones reales de ese "acuerdo". IB (por primera vez mirando fijamente al Fiscal): Se las estoy aclarando yo. F (Incapaz de sostener la fria mirada del compareciente se dirige al público de la sala): Sin embargo tras el incendio se encontró en el sótano del Habana una especie de habitáculo o trastienda, bién camuflada, cuya función desconocemos ¿Conocía la existencia de dicha estancia señor Belloceli? IB: No. F: No la conocía... (Acariciándose el mentón). Muchas artistas participantes del concurso se encuentran hoy entre nosotros señor Belloceli, Samanta Watson, Loli de Camas... Nieves 13. (La Watson, junto a  María Belloceli, permanece absolutamente hierática, las otras dos nombradas parecen algo inquietas al oir su nombre) ¿Mantiene relación con todas ellas? Defensa: ¡Protesto! La formulación de la pregunta es claramente malintencionada . Juez: Protesta denegada. Responda señor Belloceli. IB: No más relación que la puramente normal entre artista y apoderado. F: Defínanos "normal" señor Belloceli. IB (esta vez con su vista clavada en María Belloceli): Ya he respondido. 

Las miradas incendiarias entre la Mamma, Samanta Watson, Nieves 13 e Iván Belloceli se cruzan recorriendo todos y cada uno de los rincones de la sala. A Loli de Camas parece faltarle el aire...  Topacio del Cerro y Amparito Clavel desalojan presurosas el recinto. Continuará. En la imagen una fotografía de un "borsalino" como el de Iván Belloceli, sombrero de fieltro suave, por norma general de color gris o negro y con una cinta anudada al lado izquierdo, creado por Giuseppe Borsalino en su empresa de vestuario de Alessandría (Italia) en 1857.